Estoy alucinada, les juro. Ya me habían contando que Bembos estaba de capa caída, pero la verdad jamás pensé que el horror fuera de tal magnitud. Y es triste, porque recuerdo que en algún momento nos llegamos a sentir tan orgullosos de esta cadena nacional. Incluso no importaba que se demorasen un poco en atender (más que un fast food regular), porque el resultado era delicioso: carne jugosa, cheese fingers crocantes, papas ricas. Era hasta recomendable para cuando venía gente de fuera. Y no era barato, pero se hacía el esfuerzo. Todo eso ha quedado en algún lugar del tiempo. Dicen la malas lenguas que desde que cambió de dueño (hoy le pertenece a Interbank), todo se derrumbó. Este finde fui testigo del Apocalipsis.
Domingo, me levanto con hambre a la hora del almuerzo. Anoche me fui de fiesta (no es que les importe, pero estoy, de alguna manera, justificando el antojo) y obvio quiero comer algo que dispare mi colesterol, pero no tan, tan heavy. Pedimos Bembos. Llegan en 40 minutos clavados. Comienza el drama.
Los cheese fingers
Esos crocantes y deliciosos que cuando los mordías dejaban una estela de queso caliente entre tus manos y la boca, no existen más. Ahora están rellenos de una suerte de chicle gomoso que no genera hilachas. Llegan fríos y de crujientes no tienen nada, porque en la caja se aplastan y se vuelven plastelina. ¿Es acaso porque demoraron 40 minutos en aterrizar en mi casa? No, antes llegaban crujientes.
La papas fritas
Esto fue incluso peor que los cheese fingers. Estaban apelmazadas, frías, medio crudas. A ver, si son las típicas pre cocidas de fast food -porque no tienen nada de especial-, ¿qué les cuesta colocarlas en un envase que las mantenga frescas y crocantes?
La Bembos Francesa
Ay que dolor para nuestro corazón (y panza). Una de nuestras clásicas favoritas se hunde en el abismo de lo feo. Primero la carne, sin molido fresco, parece esa que se vende empacada, de textura acartonada (les juro que pensé que comía cartón corrugado mojado), de sabor incomprensible (a todo menos a carne). Seca y sin ese ahumado carbonero que debería sentirse. Luego la salsa de champiñones, sobrecargada de condimento. Incomible. Solo pude darle un mordisco y aún así nos quedó el sabor en boca por horas.
La Bembos Queso Tocino
Otra que se vino abajo. Con la carne, el problema fue el mismo que para la Francesa, pero además el tocino no estaba crocante y era de un color rosado aterrador (pasa que cuando le meten mucho nitrato a los embutidos, estos toman un color rosa fosforecente alarmante que no es bueno para la salud). Además, el queso se perdió en el camino. Pero eso no fue todo: pensando en hacerla más original, le agregamos una rodaja de piña como adicional (me gusta la piña en todo, ¿y?), y esta llegó aguachenta y con tanto líquido que el pan se deshizo. También solo pude darle un mordisco de lo mala que estaba.
Lo peor es que para reconfirmar, hoy fui a comer a uno de los restaurantes (hice el esfuerzo, porque ya les conté que los fast food me parecen todos deprimentes), pedí lo mismo y el resultado fue igual. Después de esta experiencia, lo siento Bembos pero ni más. Encima, como dije antes, no es barato (pueden ver los precios en su web www.bembos.com.pe, que me gustó bastante, parece que prefieren invertir en eso que en carne buena). Ya ni vale la pena hacer el esfuerzo.
En bellacos le doy 0.5.