Escribe: Vladimir Soriano Galarza
“El Diario de una Adolescente” (The Diary of a Teenage Girl) de la debutante Marielle Heller es la mejor película que ha pasado por nuestra cartelera este año (sí, acaba de empezar el 2016, pero sabemos que seguirá en ese selecto grupo hasta el final). Se estrenó el jueves pasado en apenas una sala de Lima (Sala Cine Arte de UVK Larcomar), donde no sabemos si sobrevivirá una semana más, considerando que la cadena ya promociona el re-estreno de “Il Castrato” este jueves 14 en aquel mismo espacio. Una verdadera lástima, pues estamos ante una película transgresora que todo el mundo debería ver: no se dejen guiar por un título que apela a un público adolescente.
La película nos transporta a la Norteamérica de los 70s, en la era post-hippie. Minnie, una chica apasionada por el arte y en pleno despertar sexual, comienza a salir con el irresponsable novio de su madre desequilibrada. En medio de este argumento digno de telenovela, nos encontramos con el retrato fiel de una época y, sobre todo, de personajes que son consecuencia de la misma. Y, a la vez, se trata de una historia coming of age que puede aplicarse a cualquier época: se reflexiona sobre el feminismo, se debate sobre la vida sexual plena y se aprende a punta de caídas.
Hay que resaltar que todas las actuaciones y los personajes que componen son sublimes, desde una arolladora Bel Powley, pasando por el vulnerable Alexander Skarsgård hasta llegar a ese gran enigma llamado Kristen Wiig, los cuales conforman este enfermizo y fascinante triángulo amoroso: se trata de una historia incómoda de mirar, pero allí radica su fortaleza.
La película sabe manejar la fragilidad de su historia, ya que debemos considerar que se trata de la historia de una joven de 15 años que comienza a tener relaciones con un tipo 20 años mayor que ella: pero nunca juzga, nunca busca compartir mensajes de redención o moralejas y esa es su gran virtud. Este grupo humano podría haber resultado totalmente antipático, pero la película logra hacer que los amemos en sus defectos y vuelve sus historias entrañables. Son humanos, más que personajes prototípicos a los que nos tienen acostumbrados este tipo de películas.
Nada de esto sería posible sin la admirable labor de dirección y guion de la debutante Marielle Heller, quien adapta la obra original de Phoebe Gloeckner y la convierte en una aventura emocional y muy visual. Su Minnie se refugia en el mundo de sus ilustraciones, su único escape de la realidad, y Heller logra plasmarlo en pantalla de manera magistral al integrar animaciones a la ficción en carne y hueso.
¿Pero por qué es tan importante su visionado? Si bien los temas que trata nos hacen recordar un poco a “Yo, Christina F.”, “El Diario de una Adolescente” termina en una nota más esperanzadora. La educación sexual sigue siendo un tema tabú y tratado de manera demasiado conservadora, aunque la mayoría de veces ni se le da importancia. Ese despertar hormonal tan misterioso y a ciegas al que se enfrentan los adolescentes, tan juzgado mediáticamente, tan libre gracias a las infinitas oportunidades del mundo online. La propia directora de la película dice: “Nadie le explica a una chica qué pasa cuando quiere tener sexo. ¿Qué pasa cuando eres una adolescente con ganas de hacerlo? Si es así, seguramente te sientes extraña porque todo lo que has leído o visto dice que debes reprimir ese deseo, pero eso no es cierto”.
“El Diario de una Adolescente” es una invitación al auto-descubrimiento y la reflexión, a través de una historia que fluye y nos regala personajes para el recuerdo. Corre a verla antes de que la saquen, sino ya luego búscala como puedas.