El momento llegó, la carrera de la periodista de la farándula más conocida del Perú ha terminado. Su programa de los sábados ha sido cancelado pero esto no indica que ella salga de la televisión. Magaly Medina ahora será la conductora de un programa dominical dedicado a contar casos de violencia doméstica llamado ‘Maltratadas‘, pero esto no es otra cosa que una larga penitencia. La figura colosal de la mujer de cabello rojo, al igual que su tinte, se ha ido desvaneciendo con el paso del tiempo y aquella mujer salvaje de críticas viperinas no es mas que un mal recuerdo. Pese a que la noticia resulte intrascendente para muchos, aquellos que pudimos ser testigos de los momentos más vergonzosos, tristes y lamentables de la televisión peruana, esto resulta una buena noticia.
Magaly Medina, para los que no tienen idea de su peso en la televisión, fue la conductora de Magaly Tv, un programa de farándula dedicado a contar chismes, crear conflictos y orquestar cualquier tipo de violencia que resulte atractiva para sus miles de seguidores. Ojo, Magaly estuvo quince años en la televisión, el rating del programa fue tal que la chismosería se extendió hasta el 2012, año en que el programa pasaría a la historia junto con su violento ímpetu. El programa fue muy criticado en su época, la mayoría de personas ampayadas (un término empleado constantemente por el programa que significa “atrapar”) por las cámaras de los urracos culparon a Magaly de sus desgracias pero ella jamás pareció tener interés alguno en bajarle un poco a las revoluciones.
Yo he sido espectador del programa durante mucho tiempo sin entender exactamente la razón. Ahora que lo analizo, la peor parte del antiguo programa era la sección de “Sin confirmar”. El programa de Magaly tenía un segmento en el cual daba rienda suelta a los más humillantes rumores que, según ella, eran vox populi. Ese llamativo espacio era utilizado para lanzar los más bajos golpes al honor de los jugadores de fútbol y a las bailarinas de la época, las presas favoritas de la conductora: drogadicción, alcoholismo, infidelidad, homosexualidad, violencia doméstica, hurto y hasta enfermedades, eran sus rumores favoritos.
Pese a ser la imagen más importante de todo el país en lo que a chismes se refiere, no la tuvo fácil. El golpe más fuerte que sufrió fue ir a la carcel por difamar a Paolo Guerrero. Cuando el programa se encontraba en uno de los picos más altos de sintonía, la producción decidió sacar a la venta una revista homónima en la que algunos chismes serían escritos con mayor amplitud. Y fue la revista la que publicó unas fotos del futbolista (nuevamente, una de sus presas favoritas) que indicaban una presunta desobediencia al director técnico de la selección. Pero todo resultó ser una farsa, las imágenes habían sido trucadas y debido al escándalo (y a un odio masivo) Magaly fue a prisión.
Lo que indicaba que sería el final de una trágica época, resulto ser la resurrección de un aterrador fénix. Magaly volvería a la televisión más agresiva y rabiosa que nunca, en una búsqueda hambrienta de cualquier comportamiento inapropiado (para ella) o el desliz de cualquier persona que haya salido por más de dos minutos en algún canal de televisión, revista o periódico. Pero el rating no estaría mas de su lado y el programa se cancela poco tiempo después.
Tras unos años de descanso, Magaly vuelve a la televisión vía Latina. Pero ya nada sería igual con tanta competencia. Todos los canales de televisión (incluyendo el suyo propio) contaban con versiones similares al suyo. Es más, Latina cuenta con tres programas diarios dedicados al chisme y las conversaciones sin sentido (Amor amor amor, Espectáculos y La noche es mía). ¿Como pensó Magaly que su programa duraría buen tiempo con tantas otras personas dedicadas a criticar los mismos chismes de toda la semana?
Al principio lo intentó, reuniendo a los enemigos mediáticos más reconocidos del medio a cambio de miles de dólares. Pero esto duró poco, los personajes no son los mismo de antes, ahora ya no hacen escándalo por cualquier cosa y se quedan de manos cruzadas esperando que algún canal los llame para contar su historia, ahora se dedican a generar el doble de escándalo y ellos mismos se contactan con las empresas para contarlo con un banner por detrás y un micrófono por delante. Todo el negocio ha cambiado.
¿Y Magaly? Ella ya no es la misma, la furia se ha vuelto melancolía y los episodios de violencia verbal son menos frecuentes. Ahora hay leyes, ahora hay normas, ahora hay gente que supervisa y acude a instancias en caso estén descontentos con el contenido. Por otro lado, Magaly ya no se siente un gato jugando con el ratón, ella ya no posee el mismo control de antes. Si bien es cierto, tuvo muchos que la enfrentaron pero muy pocos lograron tumbarla. Y en los últimos episodios de Latina, Magaly perdía el control a cada momento. Era cuestión de tiempo para que Magaly se diera cuenta que su época había llegado a su fin.
Magaly ha desaparecido, pero la farándula continúa. Es muy probable que su nuevo intento por ganarse un espacio en la televisión dure unas cuantas semanas, pero eso es todo. La era del chisme sin medida ha llegado a su fin. Y pese a que los pequeños críticos abundan, ninguno podrá igualarla. Menos mal.