Me gusta que la gente se comunique. Que te digan “oye, a ti te puede interesar esto”. Así fue como llegué a Perú BDSM. Un contacto en Facebook me escribió un mensaje y terminé juntándome en Miraflores con Hugo, Luana, Natika y Carlos, para conversar un poco. Ellos me contaron sus experiencias y me mostraron otra realidad, donde todos tienen derecho a aprender a sentir nuevas cosas, sin prejuicios. Y si te gusta ser dominante o sumiso no eres raro. Cada uno es libre de experimentar su propia libertad.
¿Qué es el BDSM?
HUGO: Es una forma de vida. Va más allá de las ideas comunes: que somos personas violentas, que nos gusta el sexo duro. El abuso no está permitido. El BDSM es todo lo contrario, nos regimos por reglas.
¿Cuáles son?
NATIKA: El BDSM debe ser sano, seguro y consensuado. Si no existe una de esas tres cosas no hay BDSM. Lo decimos en cada reunión, porque mucha gente confunde violencia con placer. Las dos personas tienen que acordar hasta qué punto quieren llegar. Si, por ejemplo, quieres electroestimulación, tienes que saber en qué zonas aplicarla.
¿Cuándo llegó a tu vida el BDSM, Hugo?
HUGO: Desde pequeño. Me gustaba ver a mujeres atadas, ver algo de shibari. Mantener el dominio de las situaciones.
¿Qué es el shibari?
CARLOS: Es un arte marcial que aprendían los samuráis para apresar y torturar enemigos. Luego se volvió algo más sensual, de performance.
¿Qué riesgos hay acá?
CARLOS: De hecho hay muchos riesgos al atar a una persona, aunque en el shibari se hace énfasis en la anatomía, en la seguridad. Yo soy switch, así que voy cambiando de rol, a mí me gusta mucho atar. Hay una adrenalina cuando atas a una persona, se te vienen un montón de ideas de qué quieres hacer. A mí me gustan mucho las semi suspensiones. Te dan más tiempo para hacer cosas, tipo media hora. La latigo, la masturbo y luego un poco de penetración.
¿Y tú qué sientes cuando estás suspendida, Natika?
NATIKA: Me siento libre. Estoy atada, estoy aguantando todo el peso de mi cuerpo. Siento esa presión, ese dolor, pero ya no me siento atada al piso. Eso me emociona bastante.
¿Qué aportes ha traído el BDSM a tu vida, Hugo?
HUGO: Yo me enriquezco mucho cuando entreno a mis sumisas. O sea, aprendo a tener control de las situaciones. El control que he conseguido con mis sumisas me ha ayudado a tener control en mi vida cotidiana, con mis trabajadores. De alguna forma, me he vuelto más sensible.
¿Por qué están buscando hacer más conocido Perú BDSM?
HUGO: Hubo un cambio radical hace unos meses, un tema de directiva. Hasta hace poco realizábamos reuniones cerradas. Ahora, con ayuda de las redes sociales, estamos convocando a nuestras conferencias: la idea es crecer. No es muy sencillo salir al aire y decir “Hola, soy BDSM”.
¿Qué te dice una persona interesada en ingresar al grupo?
HUGO: Al inicio hay curiosidad sexual. Aún tenemos el rótulo de que somos un grupo enteramente sexual. Pero nuestra forma de vida va mucho más allá: en algunos casos el sexo puede estar ausente.
¿Y cómo es una reunión?
HUGO: Hacemos una convocatoria en Facebook. Es libre, el requisito es ser mayor de 18 años y mostrar el DNI, porque estamos evitando a los acosadores. La reunión es una especie de mesa redonda: nos presentamos, decimos qué hacemos, hablamos de nuestra experiencia. Luego armamos pequeños grupos y vamos viendo los gustos. Se hace shibari, enseñamos a dar con un látigo. Hablamos de la seguridad, se tiene que saber cómo usar cada instrumento. La idea es saber qué se está haciendo y no ser un salvaje.
Hay toda una filosofía atrás, entonces.
HUGO: Claro que sí. Es aceptarse uno mismo como dominante o sumiso: entenderse es todo un proceso. Algunos lo asimilan inmediatamente, otros demoran años.
CARLOS: Hay gente que tiene su estilo bien planeado. Hay quienes gustan mucho del látex. Cada uno tiene su fetiche, desde el cuero hasta los tacos de aguja.
HUGO: En códigos de vestimenta todavía falta escribir un montón.
Al final de las reuniones, ¿qué dicen las personas?
HUGO: Hay quienes han conversado con nosotros y nos dicen “Yo no esperaba a una persona como tú”. Entonces yo les pregunto “¿Qué esperabas?”. Una de dos: esperaban a Christian Grey o a Charles Manson, ja, ja, ja.
¿De qué te sientes orgulloso con este grupo, Hugo?
HUGO: Yo encontré el grupo ya organizado. Roger Caballero hizo una convocatoria un 24 de julio porque es el día mundial del BDSM. En esa primera reunión llegaron tres personas, ja, ja, ja. El grupo avanzó bastante por la labor que hizo él junto con otros integrantes. Se creó un espacio, y ahora las personas pueden llegar y conversar sobre sus dudas. Terminan entendiendo que no son bichos raros. Yo siempre cuento que una chica llegó a nosotros con dudas, porque se sentía dominante. Pensaba que algo andaba mal en su vida, que estaba mal de la cabeza. Cuando termina la reunión me dice “muchas gracias, no sabes todo lo que han hecho por mí”. Luego ella me agrega a su Facebook y veo que ha escrito un post diciendo “Soy BDSM”. Salió del clóset. Eso es realmente satisfactorio, te hace todo el mes.
¿Cuántos miembros activos tiene su organización?
HUGO: Hay 100 miembros activos. No todos son de Lima, también vienen de Trujillo. El siguiente paso sería formar núcleos en provincias.
¿Hay personas de todas las edades en Perú BDSM?
HUGO: Sí, desde los 18 años. También hay señores de 60. Tenemos un grupo de chicas de 20, al parecer es porque han leído “Cincuenta sombras de Grey”. Llegan con ideas erróneas, ja, ja, ja.
¿Qué te pareció ese libro?
HUGO: En el Perú hay varios grupos formados a raíz del libro: en la última conferencia tuvimos contacto con ellos. Pensaban que eran el único grupo BDSM en el Perú…
¿Qué ideas tenían?
HUGO: Pensaban que su amo era su príncipe azul, un tipo muy guapo con un gran departamento en El Golf. No sé, quizás debe haber alguno con esas características, pero puede ser cualquiera de nosotros, de repente tú. Hay muchos grupos con ideas equivocadas.
Y en Lima, ¿cuántas agrupaciones BDSM hay?
HUGO: Hay dos agrupaciones más. En Perú BDSM hay personas con tendencia heterosexual. Existe también una comunidad gay, los Leather Perú, que tienen más miembros activos que nosotros e incluso reuniones quincenales.
¿Tienen ideas de expandirse?
HUGO: La última conferencia la transmitimos vía “streaming”. Fuimos a “Sexo a la medianoche” en Radio Capital y hubo fotos, nos estamos mostrando. Me imagino que en algún momento todo será más abierto. Antes, a una entrevista como esta yo le hubiera dicho no.
NATIKA: Poco a poco, primero que se rompan los mitos. Si alguien me pregunta por mis preferencias no lo niego, pero tampoco las grito a los cuatro vientos.
¿Se nace dominante?
HUGO: Creo que sí, al igual que se nace sumiso. Y actualmente muchas agrupaciones BDSM en el mundo reconocen que hay una tercera tendencia, los switch. Son personas que se sienten cómodas tanto en el rol dominante como en el rol sumiso. El otro día conversaba con un amigo de la universidad y resulta que su pareja es sumisa y él es dominante. Él me preguntaba “¿Cómo te das cuenta de eso?”. Es muy sencillo: yo recuerdo estar desde la infancia siempre tratando de controlar la situación con otros niños. Se van marcando tendencias.
¿Hay más hombres o mujeres dominantes?
HUGO: Creo que mujeres.
NATIKA: Tú le das poder a una persona en la que confías. Es un intercambio de poder.
¿Cómo es la relación al inicio entre una sumisa y un dominante?
HUGO: “Cada vez que vas a ir al baño vas a pedirme permiso”, le decía a Luana. Ella me llamaba a las cuatro de la madrugada para preguntarme si podía ir al baño, y si yo no contestaba ella tenía que aguantarse. O se orinaba ahí mismo. El placer está en obedecer hasta el final.
LUANA: Al comienzo conversábamos del BDSM con Hugo: “¿Si hacemos esto? ¿Si probamos lo otro?”. Al inicio yo decía “¡Ni hablar!”, y ahora todo me parece tan normal… Yo me sentía muy sumisa. Era bien insegura, desconfiada. Esto me ha dado muchísima libertad, muchísima seguridad. No lo cambiaría por nada.
¿Cómo entrenaste a tu sumisa Luana?
HUGO: Aprendí sobre la marcha. Antes el 99% de los foros de internet eran de curiosos buscando sexo. Fui aprendiendo de a pocos con Luana, error y aprendizaje. “OK, se me pasó la mano”, “OK, esta vela no era la adecuada”, “OK, le dejé el brazo dormido”, ja, ja, ja. Hay un poco de eso y un poco de sentido común: se va aprendiendo dónde dar con el látigo, buscas las partes blandas. El entrenamiento fue así, y no termina.
¿Cómo se maneja el tema de la vergüenza?
HUGO: Definitivamente hay vergüenza al inicio, como en toda relación que empieza. Las personas se juntan según sus afinidades. Y tiene que haber un conocimiento de a quién te estás entregando, eso es básico.
¿Natika, tú cómo entraste a este mundo?
NATIKA: Siempre he querido experimentar cosas nuevas en la intimidad, y no encontraba con quién. A veces es un poco difícil estar con un chico y decirle “quiero un golpe por acá”: los chicos no la hacían y eso me frustraba mucho. Empecé a experimentarlo bien cuando conocí a Carlos y comenzamos con el bondage. Luego de un tiempo conocimos el shibari. Luego llegamos al grupo.
¿Qué prácticas has tenido?
NATIKA: Sadismo y masoquismo.
¿Qué tal es la experiencia con velas?
HUGO: Hay que conocer qué velas usar: las mejores son las de apagón, esas son clásicas. Tienes que saber si se enfría muy rápido o muy lento. Velas de iglesia no recomendamos porque son muy tóxicas. Rocías un poquito al principio, luego aumentas.
LUANA: Me gusta la sensación de la cera caliente, normalmente en el abdomen y en la mano. Yo descubrí este gusto de chiquita: en la época del terrorismo era muy común que lo hiciera.
¿Qué rol juega la mirada en el BDSM?
HUGO: Importantísimo, siempre hablamos del control mental. Llega un punto en que no solo te satisface utilizar un objeto, sino mirar a la sumisa y desarrollar una comunicación.
¿Qué accesorios prefieres tú?
HUGO: Los floggers, que son como unos azotes de trenzas: con eso juegas. Puedes hacer cosquillas o dejar algunas marcas. Me resulta más práctico usar floggers de entre 7 y 15 cuerdas.
¿Cómo es la relación con sus familias, chicas?
LUANA: Yo prefiero no mezclar mi vida privada con mi familia. Hay muchas personas en las redes que ven que mi nick dice “sumisa” y me escriben para decirme “Perra, trátame con respeto que soy tu amo”. Entonces yo les digo “Tú no eres mi amo, tu eres un payasito cualquiera y no te debo respeto”.
NATIKA: Yo utilizo una sola cuenta de Facebook para todo. Subo información de shibari de una manera artística.
¿Cómo asimilan los comentarios negativos?
LUANA: Cuando fuimos a Radio Capital llamaron para decirnos “Leprosos, Dios los va a castigar”, cosas así. Llamarnos aberración porque tenemos gustos distintos es ignorancia e intolerancia absoluta. Si a esa persona no le interesa el tema, ¿qué hace escuchando un programa sexual a la medianoche?
NATIKA: que hayamos incluido el BDSM en nuestras vida ha fortalecido nuestra relación de pareja. Se ha creado harta comunicación.
A veces, en las relaciones de hombre mujer con gustos “normales” hay mucha doble moral. ¿Cómo sienten eso ustedes?
NATIKA: Acá es diferente, nos decimos lo que queremos. Tenemos un nivel de confianza bastante elevado. Yo le digo “Me gustaría verte con otra chica o con otro chico” y él me dice “¡Excelente!”.
HUGO: Es paja que tu pareja sea al mismo tiempo tu cómplice.
Si quieres saber más…
https://www.facebook.com/Perubdsmoficial
https://www.facebook.com/Limashibari
http://lasumisaluana.blogspot.com/