escribe Jose Carlos Yrigoyen
Perú ganó la medalla de oro de los Juegos Olímpicos de la Juventud de Nanjing. Muy bien, felicidades. No olvidemos quienes participaban: Honduras, Cabo Verde, Corea, Vanuatu, Islandia. Es decir, la cola de fútbol mundial. No olvidemos que Vanuatu y Cabo Verde, micropaíses, asistieron invitados. No olvidemos que el oro anterior lo ganó Bolivia, la última selección de Latinoamérica. Celebremos prudente y discretamente y no olvidemos todo eso. Ninguno de estos chicos es, por lo menos todavía, un crack, y no merecen nada más que un aplauso por ahora. El que los infle mañana y los tilde de estrellas y de la esperanza de nuestro fútbol para el 2018 merece que se le ate una rueda de molino al cuello y ser arrojado al mar.